Un vecino controvertido, 1761
En 1761 el concejo de la parte de Baños de Béjar, decide hacer pleito ante la justicia contra el vecino Francisco S.C., por ser una persona enredadora, pleitista y que causaba gran ruina espiritual y temporal al pueblo, pues iba sembrando cizaña allí donde acudía, y los ánimos de los vecinos estaban inquietos por la cantidad de pleitos injustos que ponía contra ellos, o bien influye en otros vecinos para que también lo hagan, causando en el pueblo gran tumulto e indignación.
No solo lo anterior se le podría culpar sino también por perjuros, raterías, quitando efectos en contra de la voluntad de sus dueños, entrando en los predios y huertas con sus ganados, valiéndose de horas intempestivas para realizar tales actos, evitando ser sorprendido.
Cuando hace cuentas con otros vecinos siempre hay disputas, discordias y pleitos, debido a su genio altivo y provocativo, llegando a tanto tales excesos que temerariamente en diferentes ocasiones echaba veneno en un huerto que tiene de su propiedad en el pueblo, para matar las gallinas que allí entraban. En una ocasión uno de los dueños de dichas gallinas, encontrando algunas muertas, (sin saber que murieron envenenadas), quiso aprovecharlas echándola al guiso, pero al ver que uno de sus animales comió de las tripas de la gallina y murió en el acto, pudo evitar una muerte segura de él mismo y de su familia.
Otro de los motivos de dicho pleito presentado por el concejo fue que desfloró a una doncella y después de hallarse embarazada busco remedio para su aborto, habiendo pretendido a otras.
Por tanto, la autoridad civil, escandalizada y temerosa de que sucediera alguna ruina entre sus vecinos impuso pleito ante la justicia real para que pudieran ponerle las penas necesarias y que tal vecino cesara en sus excesos para mantener la tranquilidad en la vida de los vecinos de Baños de Béjar.
La reunión de amigos acaba con guitarrazo en la cabeza 1892
El 17 de octubre de 1892 Juan B.M., hermano de Eloy B., presenta ante el juez de Baños de Montemayor, Agustín Gil Zúñiga, una denuncia contra Alberto B. vecino de Baños, por haber maltratado de obra a su hermano Eloy.
En su declaración, Juan comenta que su hermano no podía salir de casa debido a las heridas sufridas en la noche del día 14 del mes citado.
Pero, ¿qué es lo que pasó realmente esa noche?
Tenemos los datos de los testigos, del herido, del inculpado y la declaración del médico.
En primer lugar, contaremos los hechos según lo vieron los testigos que normalmente es la parte más objetiva de una causa.
Las declaraciones de Hilario Rodríguez y Francisco Sánchez nos van a ayudar a saber lo que realmente pasó esa noche. El dueño del café del “Centro”, Francisco Sánchez de oficio sastre y cafetero, explica que la tarde de ese día estaban merendando con varios amigos en casa de Eugenio González, desde donde se trasladaron a su casa café del Centro, Alberto Belloso, Eloy Becedas, Luis Álvarez y Manuel Martín, donde estuvieron tocando la guitarra entre las ocho y nueve de la noche al mismo tiempo que tomaban té. Ignora las palabras que tuvieron entre Eloy B. y Alberto B., pero lo cierto es que vio como Alberto le daba dos guitarrazos en la cabeza a Eloy B., siendo testigos también Hilario Rodríguez, su mujer, y Manuel Martín y su mujer.
El siguiente testigo Hilario Rodríguez nos da algo más de información y cuenta que entró en el café del “Centro” de Baños de Montemayor, y vio unas cuantas personas alrededor de una mesa de al lado de donde él se encontraba y que oyó un gran alboroto, pensando que estaban divirtiéndose, pero se dio cuenta que lo que pasaba era una riña monumental, ya que sintió unos porrazos dados con una guitarra que primeramente lo atribuyó a una broma, pero que después comprendió que no lo era, pues vio a Eloy B. levantándose del suelo herido en la cabeza y mano y quiso mediar para evitar males mayores, pero Alberto B. le dijo que en tales ocasiones no le convenía ponerse en medio, por lo que cogió a Eloy para llevarle a su casa, pero al llegar al puente vieron que allí se encontraba Alberto B., por lo que volvió con Eloy B. al café y ya de allí no sabe qué pasó con Eloy. Tampoco sabe si Alberto se quedó en el puente o volvió al café. Pero sí puede constatar que vio la guitarra rota en la mano de Alberto B.
Más o menos tenemos ya los hechos que ocurrieron, pero nos falta saber la versión de ambos litigantes.
El herido Eloy B., fondista casado de 39 años comenta que sufrió una herida en la cabeza y contusiones en brazo y mano izquierda. Cuenta que la noche del 14 de octubre entre las ocho y nueve de la noche, estando en el café llamado del “Centro”, divirtiéndose tocando la guitarra que la alternaba Alberto B., en un momento dijo a Alberto en sentido de broma “de todos modos para haber estado en Madrid no has aprendido gran cosa”, refiriéndose al modo de tocarla, e instantáneamente Alberto B. le dio un golpe con ella en la cabeza, y en el brazo y mano que le produjo un trastorno quedando entre las sillas sin saber lo que pasaba y que fe auxiliado por Julia Cerdán, su marido Manuel Francisco Sánchez, dueño del café y su hijo Prudencio e Hilario el pañero, y que cuando recobró el conocimiento vio a Alberto con una navaja de afeitar en la mano al cual sujetaban parte de los que allí se encontraban, tratando de agredirle otra vez.

Explica también al juez que en ningún momento tuvo enemistad anteriormente con Alberto B.
Veamos cuál fue la versión del atacante:
Alberto B., soltero, labrador de 28 años, había sido procesado hacía cinco años por lesiones, y fue condenado por la Audiencia de Plasencia a tres años de prisión, de los cuales solo cumplió la mitad al ser indultado.
Preguntado por los hechos de la noche en cuestión, comenta que con frecuencia alternaba con Eloy B. y otro convecino y pasaban algunos ratos entre bromas y que esa tarde había estado reunido con Luis Álvarez, Eugenio González, Francisco Sánchez y otros vecinos, en el despacho de Eugenio tomando una merienda. Durante esta merienda Eloy se le había acercado al oído para proferirle varios insultos que ya le había hecho días antes en el café del Centro y le dijo que no volviera a hacerlo pues no admitía que lo hiciera con él ya que podría perder la paciencia.
Refiere también que cuando estaban en la merienda en casa de Eugenio, Eloy quería que buscaran una guitarra y el declarante contestó que mandase por ella a lo cual se opuso Eloy quien mandó se fuera a por la de Pedro y así se hizo y se trasladaron al café del Centro. Estando allí, Eloy cogió la guitarra y empezó a tocar, no pareciendo que el toque de guitarra de Eloy agradara a los concurrentes, así Manuel Martín le dijo: “compadre tu no la entiendes, dásela a Alberto”, quien la cogió y empezó a tocar y durante ello Eloy manifestó “ese es el verdadero toque”, pero después acercándose a Alberto y cogiendo la guitarra por el mástil le dijo: “tú eres muy bruto y muy torpe en esto” con lo cual después de haber aguantado sus insultos, Alberto comenta que le fue a dar un golpe con ella y Eloy puso el brazo y en él se rompió la guitarra y después “le di un puñetazo que lo recibió en la cabeza en que por casualidad lo recibió en una herida que tenía en ella, que el mismo Eloy había dicho antes se lo había causado por otro motivo”.
La declaración del médico fue la siguiente:
“El lesionado presenta una herida de unos dos centímetros de extensión situada en la parte superior del parietal izquierdo. Esta herida estaba cubierta con una tira de esparadrapo aglutinante y al levantarla se vio que la herida estaba supurando la dirección es oriental al parecer ha debido ser producida por un cuerpo contundente. Se limpió los bordes y tejidos inmediatos donde la sangre que debió salir en el momento de la herida se había secado, se cubrió ésta con una planchuela de cerato fenicado, y encima se colocó un vendaje apropiado.
La región dorsal de la mano izquierda estaba toda ella bastante inflamada con dolor a la más ligera presión y una pequeña herida que solo interesaba la epidermis en el centro de dicha región. En la parte media del antebrazo izquierdo tanto en la cara anterior como en la posterior el lesionado acusa dolor espontáneo mayor a la más ligera presión sin que se vea causa alguna que explique dicho dolor. En la mano a la presión se le pusieron con precas impregnadas de una solución de tintura de árnica se sujetaron con una venda.”
No sabemos cómo acabó la denuncia presentada.
Muerte por accidente de un empleado del hotel Eloy, 1928
En los primeros días de septiembre de 1928 se produjo un desgraciado accidente en Baños de Montemayor.
Agustín Regidor Mediante (1894-1928), empleado como mozo de equipajes en la casa de la viuda de Eloy Becedas (actual Hotel Eloy), marchaba a la estación subido en el estribo exterior del automóvil del hotel, por ir el éste lleno de viajeros. Al pasar junto a una carreta tirada por bueyes que estaba parada en el camino y puesta perpendicularmente al paso del coche, se enganchó en uno de los cuernos de los bueyes y cayó del vehículo, ocasionándose fuertes golpes en el pecho y espalda.
Aunque al principio no se atribuyó gravedad al accidente, posteriormente el médico tuvo que practicarle una intervención quirúrgica de urgencia, por las complicaciones que se habían presentado.
Por desgracia falleció el día 6 de septiembre de dicho año. Su muerte fue muy sentida por ser popular en Baños de Montemayor.

Robo en una tienda de Baños de Montemayor, 1930
En la noche de 12 de enero de 1930 se produjo un robo en una tienda de comestibles de Baños de Montemayor. La tienda pertenecía a Luisa Antonio Sánchez, y estaba situada en el número 18 de la calle del doctor Rengifo.
Según las indagaciones que se hicieron por parte de la autoridad pertinente, a primeras horas de la noche de dicho día 12, unos desconocidos entraron en la tienda de comestibles sustrayendo según el cálculo del valor de todo lo desaparecido 175 pesetas (dos billetes de 50, uno de 25, una cierta cantidad de plata y calderilla).
El dinero se hallaba guardado en el cajón del mostrador de la tienda y como era normal a esas horas estaba cerrado y ausentes la dueña y familia, según los noticiarios que se hicieron eco de la noticia.
Aprovecharon su ausencia para entrar por el corral y trasera de la casa que daba a la calle Castillejos, y para ello saltaron la tapia y entraron por el hueco de una ventana que carece de reja y cristales, y después rompiendo la puertecilla con vidriera que daba al corral, pasaron a la tienda, donde abrieron el cajón del mostrador y sustrajeron el dinero allí existente.
A pesar de las gestiones efectuadas tanto por la Guardia Civil como el juzgado pertinente, nunca se supo el autor o autores del robo.
Tienda donde ocurrió el robo
Autor del artículo: Pablo Vela
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