La Fiesta del Árbol, 1910

En 1902 el periódico de Cáceres “El Fomento”, propuso la creación de la “Fiesta del Árbol”. Su interés era que la celebración de dicha fiesta llegara a ser costumbre en años sucesivos, como así ocurrió. La idea estaba basada en que los maestros tenían que inculcar a los niños la importancia de la obra social que se estaba desarrollando. Así, tenían que invitarlos a que cada uno sembrara en una maceta un árbol y lo cuidara hasta la época del trasplante, siendo premiados los que presentaran los ejemplares más hermosos, y mejor cuidados.

El gobierno de España a fin de despertar en la población el interés por el arbolado, cooperó con esta idea al promulgar el Real Decreto de 11 de marzo de 1904, por el que se dispuso que las autoridades, corporaciones y particulares podían constituirse en juntas locales para la realización de tan patriótico fin. Estas juntas locales estaban constituidas por los alcaldes, ingenieros forestales, médico, párroco y maestros de escuela y eran las responsables de organizar las fiestas. En estas celebraciones se premiaba a los niños que se hubieran distinguido por su amor al arbolado, considerándose este servicio como mérito a sus estudios.

El 5 de enero de 1915, se declara obligatoria la celebración anual de la Fiesta del Árbol por Real Decreto, siendo rey Alfonso XIII, estableciéndose los términos en los que debían discurrir las celebraciones, fomentando así la cultura entre los habitantes para que contribuyeran a la regeneración de la riqueza forestal.

Baños de Montemayor se sumó a esta iniciativa de celebrar la Fiesta del Árbol y el primer documento escrito que habla de esta fiesta, es un artículo de 1910 aparecido en el periódico cacereño “El Noticiero”.

Veamos en qué consistía esta fiesta:

El día 3 de marzo de 1910, las  autoridades y pueblo en general de Baños de Montemayor, se concentró ante el ayuntamiento para celebrar la “Fiesta del Árbol”.

A las nueve de la mañana, se dirigió la comitiva presidida por los niños y niñas de las escuelas, con bandera y correctamente formados, a la iglesia de santa Catalina, donde oyeron la misa en la que el párroco Francisco Gómez, exhortó a las autoridades a que continuaran la obra educativa emprendida con tan gran interés.

Terminada la ceremonia, habló el alcalde, quien manifestó las ventajas que el árbol proporciona a toda sociedad y dio unas notas de los datos estadísticos que la importación de maderas en España ascendía anualmente a una gran suma, y recordó lo importante que sería para el país la repoblación forestal.

Acto seguido, la comitiva se dirigió a la plaza de la Huelga, donde después de que los niños cantaran himnos alusivos al acto, el público en general oyó con atención un discurso del profesor Julián Rodríguez Polo, que puso de relieve sus dotes oratorias. Hizo oportunas referencias sobre los inmensos beneficios que el árbol proporciona al ser humano.

Después de su discurso, dieron principio las plantaciones de árboles, verificándose las primeras por las autoridades y después por los niños y niñas de las escuelas y jóvenes de la localidad.

Por la tarde, antes de partir la comitiva el párroco Francisco Gómez, pronunció un discurso que el público agradeció con un gran aplauso.

Se plantaron árboles en el camino elegido con dirección a la pradera, donde se repartió una suculenta merienda.

A las ocho de la noche se dispararon cohetes desde el parque del General Concas, por parte de Teodoro González, alias “Pichichi”, quemando también una bonita colección de fuegos artificiales.

Una vez finalizado este acto, las autoridades se desplazaron hasta el hotel de la viuda de don Eloy Becedas, cuyo amplio comedor estaba adornado con el exquisito gusto que en la casa es peculiar, apareciendo en letras de grandes dimensiones, formadas con violetas, la inscripción “Viva la fiesta escolar, Fiesta del Árbol”.

Después de la cena, se hizo una representación de juguetes cómicos, por los niños y niñas de las escuelas en el teatro del balneario. Los pequeños actores fueron aplaudidos por la numerosa presencia de vecinos que llenaba el salón.

El ingeniero jefe de Obras Públicas, Alfredo Mateos, donó cincuenta macetas de eucaliptus para la plantación.

Himno de la Fiesta del Árbol

Cantemos a Ceres que dora las mieses

Y llena las cubas de rojo licor,

Y al par alabemos al noble labriego

Que el suelo fecunda con ruda labor;

que esta es una fiesta

de paz y de amor.

Bien hayan las flores

Que adornan la tierra,

Los frutos que ofrecen

Sabroso manjar

Mil veces bendita

La Fiesta del árbol

Que a la agricultura

Nos hace cantar.

Cantemos, etc

Bien hayan los bosques

Que atraen la lluvia

Y al hombre le brindan

Maderas sin par;

Los prados que nuetre

Inmensos rebaños,

Los ríos que abonan

El suelo feraz.

Cantemos, etc.

Autor del artículo: Pablo Vela

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir ↑